24/9/16

Sueño 14-9-2007

El grupo de voluntarios de una asociación aparecían en un colegio, este colegio era como una fusión entre dos, y los voluntarios desempeñaban el papel de monitores de tiempo libre. Pero lo que todos estábamos haciendo en el patio del colegio era jugar con las niñas y los niños. Durante un buen rato no pasa nada, l@s niñ@s se divierten junto a nosotr@s. Más tarde aparecen unos chavales junto al grupo de niñ@s que estaban jugando y no  hacen ningún tipo de influencia, pero l@s niñ@s  siguen jugando ahora con el balón y el balón se mueve de un lado hacia otro, al final el balón acaba por dar al grupo de chavales ajenos al colegio. Los chavales se rebotan rápidamente uno de ellos coge el balón y le pega un chute muy fuerte con la intención de darle a alguno de l@s niñ@s. La pelota pasa de largo y ésta alcanza a un niño que estaba jugando con su bate de béisbol con la consecuencia de que lanza con defensa el bate de béisbol hacia los chavales y llegado al grupo el bate empieza a rebotar de un lado a otro. Yo cansada de observar el ridículo espectáculo me acerco para parar el lío ocasionado.
Cojo el bate a uno de los chavales y les explico que se marchen porque son niños y no tienen nada que hacer.
Parece ser que resuelvo el problema sin más y como ya se acababa nuestra labor me marcho a mi casa. En dirección a la calle Perú de Alcoy me encuentro caminando y de repente oigo una voz, como si de una película se tratase y dice lo siguiente: "Quizás sea una historia de amor o sólo puede ser que Agnès vaya a tener sexo".



Al escuchar este mensaje me quedo atónita y aparece un hombre que me dice: "¿Juegas a béisbol?" Yo asocio el mensaje que acababa de escuchar a este hombre. Entonces mi mirada cambia, ya no lo miro como un desconocido sino como una presa. Una presa sexual... Empiezo a coquetear y nada más... Me despido. 
Pasa mucho tiempo desde el suceso sexual y de nuevo aparece el extraño hombre, le había crecido el pelo y la barba, iba con una cutre-furgoneta y esta se para a mi vera pero se dobla de tal forma la furgoneta que se cae hacia un lado de la carretera interrumpiendo el tráfico. Después de lo acontecido me doy cuenta que aquel hombre extraño con larga melena me seguía gustando. Así que decidí acercarme para ayudar a levantar la cutre-furgoneta y al tenerla al derecho decido entrar. Una vez dentro de la furgo él me dice: "hay bronca en un sitio, te apuntas?" Entonces yo frunciendo el ceño le digo que a mi no me gustan las broncas, así que me bajo de la furgo y desilusionada y desencantada me olvido del hombre extraño.

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