8/11/16

Mis gallinas



Os presento mis gallinas, y es que durante el verano me rondaba por la cabeza la posibilidad de tener gallinas. Me apetecía experimentar el tener gallinas a mi cargo, saber que es coger un huevo y lo que conlleva.
Y aquí están mis gallinas, con nombres peculiares... Bonica, pollito, Marroneta, Punky, cuervo negro.
Toda una hazaña el tenerlas. Pues su predecesoras murieron las cuatro todas de una sola vez a causa del ataque de una perra de una vecina, resuelto el asunto pues había por medio un seguro. Aunque el disgusto que me quedó me genero un poco de inseguridad para las actuales que aún siguen vivas después de dos meses, yujuuuu!
Por las mañanas intento bajar para darles comida o más bien desechos caseros, que suele ser todo cuanto rodea a la comida, pieles de verduras, pieles de frutas, cereales, comida ya cocinada como arroz, pasta, lentejas y demás que suele sobrar del plato. Cuando llego a la puerta ya saben que es lo que traiga, las llamo y ,se acercan de inmediato a la puerta buscando que es lo que traigo. Suelen asaltarme a las manos en busca de la comida que les traigo. Me encanta este recibimiento, es agradable que una gallina se acerque a mis manos. Incluso hay ocasiones que las tengo que apartar para poder entrar y dejarles esparcido por el suelo los desechos.
Una vez la comida se encuentra en el suelo se lanzan como desesperadas a la carga de coger el bocado más sabroso. Es toda una diversión verlas como escarban entre la comida con su patas y se ponen a buscar el manjar preferido. A veces se quitan las unas a las otras la comida pues parece que es de gusto de las dos. Seguidamente miro si tengo algo de pan duro para poder echarles unos trozos.
Si es que si tengo, les doy partidos los trozos de pan, Si no puedo partirlo porque está muy duro en un plato de plástico les pongo agua y a remojo el para para que pueda deshacerse un poco y lo puedan picotear de buena gana.
Últimamente como ya se han acostumbrado a mí les dejo la puerta abierta siempre y cuando estoy yo observando, ya que el miedo a que aparezca un perro suelto está en mí de forma permanente. Y las gallinas cuando ven la puerta abierta asoman la cabeza e intentan picotear las hierbas de afuera. Las gallinas más valientes salen de inmediato para investigar el alrededor, en búsqueda de insectos, gusanos y hierbas más apetecibles.
Mi hijo cuando las ve alejadas de la puerta se va despacito a buscarlas y dando palmaditas junto a la palabra "va", las va acercando a la puerta para que vuelvan a meter dentro. Parece que se le ha quedado el recuerdo de cuando se escaparon y tuve que ir detrás de ellas de forma enérgica para que volviesen adentro del gallinero.
Por el momento es una experiencia muy agradable y me alegra el tener que ir a verlas.  De hecho  el día que no puedo bajar a verlas me sabe mal por si las hecho de menos. Así que al día siguiente que bajo les compenso y me quedo un ratito más observándolas y estando con la puerta abiertas más rato del habitual. No se si a ellas les gustará más o menos pero a mi me encanta verlas moverse delante de mi picoteando de un lado a otro. Hasta me atrevería a decir que me miran esperando las palabras que les digo "boniquetes..." "aiii les xiques que guapetes..." Resumiendo experiencia satisfactoria y con posible cabida de ir creciendo... Ya os iré informando al respecto :D

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