Hace tiempo que quería escribir el tema de los dientes de Jacob. La verdad he andado ocupada en otras tareas y he dejado un poco de lado la escritura. Con ganas y renovada. Por lo visto el cambio de la primavera me ha venido genial, pues tengo ahora mucha energía de creación y quiero compartir contigo este tema que ha sido muy largo en el tiempo y de momento todavía no ha terminado.
Resumiendo muuucho, pero mucho; Jacob de bien pequeñito cuando empezó a caminar se dio de forma reiterada unos golpes fuerte en la parte frontal de la dentadura. Esto en cuestión de casi dos años provocó una caída progresiva de esmalte de los cuatro incisivos superiores. En la siguiente foto se ve claramente como tenía los dientes en agosto del año 2017. La gente me solía preguntar que tenía una dentadura extraña, yo acababa explicando la razón de la rareza. Es cierto que no le daba importancia estética a la dentadura de mi hijo. Pero empezó a preocuparme por la forma en qué mordía los bocadillos, en especial, pues no lo podía hacer con esos incisivos y utilizaba los molares para poder dar mordisco. Esto me hizo levantar sospechas de que podría estar molesto o tener mayor sensibilidad en la zona afectada por la caída del esmalte. Y en verano del 2017 me di cuenta lo mucho que le molestaba tomar los helados.
Tomé la decisión de visitar a una clínica dental para que me asesorasen sobre qué opciones se podían tomar para averiguar si había dolor en la boca de Jacob.
En la siguiente fotografía se aprecia una salita con juguetes, esta es la sala de espera de la clínica dental. Era muy divertido esperar, pero a la hora de entrar un terror invadí a Jacob cuando la ondontopediatra le manipulaba la boca.
Hasta siete intervenciones hemos hecho con Jacob, pasando por una primera caries y luego seis veces ponerle composite de forma que imite un diente incisivo. En la siguiente foto se aprecia el primer diente que le puso. Me alegró pasar el proceso y que Jacob asegurase que lo que no le gustaba es que le tocasen la boca. Yo me sentí durante un par de horas con mucho dolor abdominal y con ganas de no volver más. Con ayuda de mi terapeuta y de la compresión y alivio que llegó más adelante pude ver que el proceso tenía que seguir. Teniendo el problema de que al finalizar el tratamiento se cayeron dos dientes de "mentira" y se los puso de nuevo, volviendo a caer por golpes y comiendo una tortita de arroz.
Con la dentadura completa como aparece en la siguiente foto duró un máximo de dos semanas, la verdad no lo recuerdo. Ya que de inmediato perdió las dos piezas que he comentado antes que vienen a se los dos incisivos de la parte izquierda.
Veía que apenas quedaba diente para poder agarrar la pasta que le puso la odontopediatra. Así que esperamos a que la cita llegase para valorar de nuevo que hacer con el problema de la caída de la pasta. Con la mala pata de que cuatro días antes de la cita Jacob cayó jugando. Esta caída fue en la pista de fútbol del pueblo donde vivo, hace cosa de un mes, y fue una caía un poco tonta. Pero, la tontería llegó a ser justo en el póster de la portería dando su boca de lleno en el palo, partiéndole el labio superior, labio inferior y acabando de romper el poco diente que le quedaba en los incisivos por tratar. Pasó una mala noche y al día siguiente descubrí la encía muy inflamada y Jacob quejándose de mucho dolor. Yo ya estaba angustiada por lo larga que se me estaba haciendo la situación de los dientes de Jacob. Pero al ver que iba a peor tuve que parar y escuchar mi diálogo interno, dándome cuenta de que, me sentaba muy mal que Jacob actuase como un niño varonil y bruto, provocando consecuencias emocionales graves hasta el punto de lastimarse la dentadura. Empecé a repetirme una y otra vez de forma interna que es un niño y actúa por imitación e instinto. Me afirmé constantemente de que él es válido tal y como es. De esta forma creo que genero en mí seguridad de que experimente su camino como él prefiera, y es cuando él ha dejado de caerse y darse golpes fuertes en los dientes.
En cuanto al tratamiento ahora toca observar la evolución del los dientes, pues hace una semana todavía tenía inflamada la encía.
Como madre puedo asegurar que es una situación dolorosa y algo agotante, y trascendiendo a un plano integral sé que es una experiencia que puedo compartir para poder comprender y crear en mi una evolución de ser.
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